miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Progreso Digital o Degradación social? Según el Papa Francisco



"LAUDATO SI" Es la segunda carta encíclica escrita por el papa Francisco, presentada el 18 de Junio de 2015 a toda persona interesada en conocer los diferentes cuidados y daños hechos a la tierra o casa común, como se menciona allí.
En esta ocasión quiero compartir con ustedes un fragmento del cuarto capitulo de este libro en el que el papa Francisco habla de como el mundo de lo digital está llevando a una degradación social, y de que manera podemos encontrar soluciones.
El nos cuestiona frente a este y otros problemas y nos hace comprender como contribuimos al deterioro del planeta al romper todo lazo y relación personal con el otro, puesto que al distanciarnos no somos conscientes de que hay alguien que nos puede necesitar, es entonces cuando menciona como las grandes industrias de la tecnología aportan a el rompimiento de relaciones interpersonales deteriorando al ser humano. 
Acontinuación el fragmento del capítulo 

"IV. Deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social"

47. A esto se agregan las dinámicas de los medios del mundo digital que, cuando se convierten en omnipresentes, no favorecen el desarrollo de una capacidad de vivir sabiamente, de pensar en profundidad, de amar con generosidad. Los grandes sabios del pasado, en este contexto, correrían el riesgo de apagar su sabiduría en medio del ruido dispersivo de la información. Esto nos exige un esfuerzo para que esos medios se traduzcan en un nuevo desarrollo cultural de la humanidad y no en un deterioro de su riqueza más profunda. La verdadera sabiduría, producto de la reflexión, del diálogo y del encuentro generoso entre las personas, no se consigue con una mera acumulación de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminación mental. Al mismo tiempo, tienden a reemplazarse las relaciones reales con los demás, con todos los desafíos que implican, por un tipo de comunicación mediada por internet. Esto permite seleccionar o eliminar las relaciones según nuestro arbitrio, y así suele generarse un nuevo tipo de emociones artificiales, que tienen que ver más con dispositivos y pantallas que con las personas y la naturaleza. Los medios actuales permiten que nos comuniquemos y que compartamos conocimientos y afectos. Sin embargo, a veces también nos impiden tomar contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y con la complejidad de su experiencia personal. Por eso no debería llamar la atención que, junto con la abrumadora oferta de estos productos, se desarrolle una profunda y melancólica insatisfacción en las relaciones interpersonales, o un dañino aislamiento.


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